La ESMA publica las directrices sobre test de estrés de liquidez para fondos UCITS y AIFMD

La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA, por sus siglas en inglés) publicó, el 2-9-2019, las directrices sobre test de estrés de liquidez (LST, por sus siglas en inglés) para fondos sujetos a las normativas UCITS y AIFMD.

Estas directrices tienen como objetivo principal homogeneizar las pruebas de resistencia de los activos y pasivos de los fondos en la UE para asegurar que los gestores tienen en cuenta los riesgos de liquidez y que usan los LST como herramienta para mitigarlos. Además, pretenden aumentar el nivel, la coherencia y, en algunos casos, la frecuencia de los LST, así como promover la convergencia supervisora en esta materia.

Esta normativa será aplicable a partir del 30-9-2020 a gestoras, depositarios y autoridades nacionales competentes (ANC) en relación con fondos UCITS y AIF, incluidos los ETF (independientemente de si operan con forma UCITS o AIF) y los fondos AIF cerrados apalancados. Como complemento a las directrices, el 5-9-2019, la ESMA publicó un informe sobre simulaciones de estrés para fondos de inversión, cuyo enlace aparece como documento asociado a esta alerta.

Directrices para gestoras

Las gestoras deberán diseñar modelos de LST en los que determinen:

1. Factores de riesgo que pueden afectar a la liquidez del fondo (incluyendo las solicitudes de reembolso de los inversores).
2. Tipos de escenarios que considerarán y su intensidad.
3. Diferentes productos e indicadores a los que se debe dar seguimiento en función de los resultados de los LST.
4. Información sobre los resultados de los LST a los responsables de la gestora.
5. Aplicabilidad de los resultados de los LST en la gestión de riesgos y la gestión de carteras.

Los LST deberán estar integrados en el marco de gestión del riesgo de los fondos, como complemento a las obligaciones de gobernanza, supervisión y reporting. Cuando se delegue la gestión de los fondos a un tercero, la gestora mantendrá su independencia del tercero para evitar la dependencia del LST realizado por el tercero.

Las gestoras han de contar con una política actualizada de LST. Su contenido mínimo incluirá:

1. Función del personal directivo en el proceso de LST, incluido el órgano de administración.
2. Personal y división interna responsables de la ejecución de los LST.
3. Interacción con otros procedimientos de gestión del riesgo de liquidez, incluidos los planes de contingencia y la actividad de gestión de carteras.
4. Obligaciones de reporting interno sobre los resultados del LST (frecuencia, destinatarios…).
5. Fondos sujetos a LST.
6. Validación inicial de los modelos LST y de las hipótesis que los sustentan, que debe realizarse independientemente de la gestión de la cartera, aunque no necesariamente por una entidad o persona ajena a la gestora.
7. Tipos e intensidad de los escenarios de las pruebas de estrés y razones para seleccionar dichos escenarios. Los escenarios deberán ser tanto hipotéticos como históricos.
8. Frecuencia de los LST, como mínimo anual, aunque la ESMA recomienda realizarlos trimestralmente o con mayor frecuencia según las características de cada fondo.
9. Métodos de liquidación de activos, incluidas las limitaciones y supuestos utilizados.

Directrices para depositarios

Los depositarios han de establecer procedimientos para comprobar que las gestoras cuentan con LST documentados. La verificación no requiere que el depositario evalúe la idoneidad de los LST.

Cuando el depositario sospeche que la gestora no cuenta con un procedimiento para realizar los LST, deberá verificar si dicha gestora ha podido cometer alguna infracción legal. Dependiendo de la legislación nacional de cada país, esto puede requerir que el depositario informe (o exija a la gestora que informe) a la ANC correspondiente de ese incumplimiento.

Directrices para las ANC

Las ANC podrán solicitar los LST a las gestoras para verificar la capacidad de un fondo de satisfacer las solicitudes de reembolso en condiciones normales y bajo tensión. Además, las gestoras notificarán a las ANC los riesgos materiales identificados y las medidas adoptadas para afrontarlos.