La Unión Europea se dota de una hoja de ruta común para levantar las medidas de contención de la pandemia por el COVID-19

21-04-2020 — AR/2020/080

Además de la urgencia de combatir la pandemia originada por el COVID-19, la Comisión Europea y el Consejo Europeo instan a preparar las medidas necesarias para que las sociedades y economías europeas recuperen un funcionamiento normal y un crecimiento sostenible. El resultado es la publicación conjunta de una hoja de ruta, con recomendaciones, calendario, principios, criterios y medidas de acompañamiento de una estrategia de salida coordinada con los Estados miembros, que prepare el terreno para un plan de recuperación global y una inversión sin precedentes.

La Comisión Europea y el Consejo Europeo publican una «Hoja de ruta común europea para el levantamiento de las medidas de contención de la COVID-19».

En este documento:

  • se analizan las opciones y necesidades para la vuelta a la normalidad tras la ola de contagios de este coronavirus, y
  • se trata de fijar el punto de equilibrio entre:
    • las necesidades de seguridad de los ciudadanos de la UE y de superación de la crisis, y
    • el compromiso de preservación de los valores y el modo de vida europeos.

Superado el primer combate contra la pandemia, los miembros del Consejo Europeo instan a recuperar la normalidad y el crecimiento sostenible de las sociedades y economías europeas:

  • integrando, entre otras cosas, la transición verde y la transformación digital, y
  • extrayendo todas las lecciones de la crisis,

para definir la estrategia de salida coordinada y preparar el terreno para un plan de recuperación global y una inversión sin precedentes.

Introducción

El documento pone de relieve que todos los Estados miembros han limitado libertades al  acordar la prohibición de concentraciones públicas, el cierre total o parcial de escuelas, el cierre de fronteras o la restricción de desplazamientos, y resalta que más de la mitad de ellos han declarado un estado de emergencia.

Destaca que estas medidas eran necesarias, pero también que acarrean un elevado coste social y económico, afectan a la salud mental y han cambiado radicalmente la vida cotidiana de los ciudadanos. Hasta el punto de que la Unión y sus Estados miembros han tenido que intervenir para contrarrestar los efectos socioeconómicos de la merma de confianza del mercado y de la pérdida de empleo, que, aun así, serán graves.

Es necesario levantar las medidas extraordinarias de confinamiento para reanudar la actividad económica y social en cada Estado, pero, además, es preciso evaluar con detenimiento los efectos de cada paso para minimizar los riesgos sobre la salud y evitar la sobrecarga de los sistemas sanitarios.

Esto requiere, además, la coordinación entre la UE y todos los Estados miembros.

La hoja de ruta reúne unas recomendaciones basadas en el asesoramiento del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, y el Grupo Consultivo de la Comisión sobre la COVID- 19, y tiene en cuenta la experiencia y perspectivas de varios Estados miembros y de la Organización Mundial de la Salud.

Calendario para levantar el confinamiento

Los expertos en epidemiología advierten de que, incluso con el confinamiento, el virus sigue circulando y la relajación gradual de esta medida aumentará los contagios. Por ello, es necesario mantener un seguimiento constante y detallado, y estar abierto a dar pasos atrás si fuera necesario.

Además, es evidente que las sociedades van a vivir con el virus hasta que se encuentre una vacuna o un tratamiento.

Por todo ello, resulta esencial informar a los ciudadanos de forma clara, oportuna y transparente, así como mantener un diálogo permanente con los interlocutores sociales.

Criterios para la flexibilización

Para flexibilizar las medidas, cada Estado miembro debe valorar su propia situación atendiendo a varios criterios:

Criterios epidemiológicos

Estos criterios científicos han de reflejar la disminución de la propagación de la enfermedad y su estabilización durante un período prolongado.

Suficiencia de los sistemas de salud

Es decir, de medios para hacer frente a un eventual incremento del número de casos:

  • unidades de cuidados intensivos,
  • camas de hospital,
  • productos farmacéuticos,
  • equipos y el acceso a ellos para los cuidados,
  • estructuras disponibles de atención primaria,
  • personal cualificado suficiente.

También para atender la posible acumulación de intervenciones pospuestas durante el pico de la pandemia.

Capacidad de seguimiento adecuada

O sea:

  • test a gran escala para detectar y vigilar la propagación del virus,
  • rastreo de contactos, y
  • posibilidad de aislamiento.

Principios comunes

Resulta esencial para el conjunto de Europa que el proceso de flexibilización de las medidas esté coordinado, pues la acción aislada le restaría eficacia y la relajación de las medidas incumbe a cadenas de valor muy interdependientes y a los sistemas de transporte nacionales y transfronterizos que afectan a la naturaleza integrada del mercado único.

La hoja de ruta propone tres principios básicos:

  1. Las medidas que se adopten deben basarse en criterios científicos y dar prioridad a la salud pública.
  2. Las medidas deben estar coordinadas entre los Estados miembros.
  3. El respeto y la solidaridad entre los Estados miembros, a los que llama a la asistencia mutua en las necesidades de los sistemas sanitarios y profesionales.

Medidas de acompañamiento

La hoja de ruta resalta que el éxito de la supresión gradual de las medidas de confinamiento depende de los siguientes factores:

  1. Desarrollar un sistema sólido de comunicación y de intercambio de datos, recopilados y armonizados en todas las naciones y regiones europeas, para mejorar la predicción de la pandemia a escala de la Unión Europea.
  2. Crear un marco de rastreo de contactos y envío de avisos, mediante aplicaciones móviles que respeten la privacidad de los datos, que adviertan a los ciudadanos de los riesgos derivados del contacto con una persona infectada, para reducir el riesgo de transmisión.
    • Propone además el desarrollo de una aplicación general paneuropea o, al menos, que se garantice la interoperabilidad y el intercambio de los resultados.
    • En cuanto a sus requisitos, debe garantizarse el uso voluntario de estas aplicaciones, basadas solo en el consentimiento revocable y el pleno respeto de las normas de privacidad y protección de datos personales.
    • Estas normas exigen que el rastreo se recopile de forma anónima y agregada, y no permita el seguimiento de los ciudadanos ni revele su identidad. Además, debe cumplir los estándares de transparencia, y desactivarse y permitir la supresión de todos los datos tan pronto como se haya superado la crisis.
  3. Ampliar la capacidad de realizar test a gran escala que proporcionen resultados rápidos y fiables y armonizar las metodologías, para poder levantar las medidas de distanciamiento social y proteger a la población en lo posible.
  4. Aumentar la capacidad y la resiliencia de los sistemas de salud, para hacer frente a las nuevas infecciones que sucederán por el levantamiento gradual del confinamiento.
  5. Seguir aumentando la capacidad y calidad de los equipos de protección médica e individual.
  6. Desarrollar una vacuna segura y eficaz. Para ello, la Comisión está movilizando fondos adicionales de fomento de la investigación y promoverá la cooperación internacional para favorecer el acceso a la vacuna.
  7. Disponer de medicamentos y tratamientos seguros y eficaces, para lo que la UE, en general, está financiando el acceso a los conocimientos técnicos en materia de supercomputación e inteligencia artificial, que aceleran la identificación de moléculas activas, y la Comisión y la Agencia Europea del Medicamento, en particular, están abreviando los pasos reglamentarios de ensayo clínico para acelerar su comercialización, al igual que con las vacunas.

Recomendaciones

La Comisión ha elaborado una serie de recomendaciones a los Estados miembros para la supresión gradual de las medidas de confinamiento:

  1. Los pasos deben ser graduales, basados en etapas suficientemente largas (por ejemplo, de un mes), que permitan medir el efecto de cada fase.
  2. Las medidas generales deben sustituirse por medidas específicas progresivamente, que permitan retornar a la normalidad gradualmente sin dejar de proteger a la población frente al virus. Por ejemplo:
    1. Proteger a los grupos más vulnerables durante más tiempo.
    2. Mantener en cuarentena a las personas diagnosticadas o a quienes presenten síntomas leves para tratarlas adecuadamente.
    3. Sustituir la prohibición general por:
      • medidas de seguridad enfocadas a las fuentes de riesgo, que faciliten el retorno gradual a la actividad económica (limpieza y desinfección intensificadas en nodos de transporte y vehículos, en tiendas y lugares de trabajo), en lugar de la prohibición total de determinados servicios, y
      • medidas o suministro de equipos adecuados para proteger a los trabajadores y clientes.
    4. Derogar los estados de emergencia, que atribuyen competencias excepcionales al Gobierno, por un sistema de intervención específica del Gobierno adecuada a las disposiciones constitucionales. De este modo, se garantiza la responsabilidad democrática, la transparencia de las medidas adoptadas y su aceptación pública, así como el respeto a los derechos fundamentales y el Estado de Derecho.
  3. Iniciar el levantamiento gradual de las medidas por los municipios, para aplicarlo gradualmente a entornos más amplios. Esto posibilita los ajustes y correcciones necesarios en cada fase, adoptados a los pasos ya dados. Además, las medidas de competencia municipal son las que afectan más directamente a la vida de las personas, para continuar después con las que menos.
  4. Acordar un enfoque gradual para la reapertura de las fronteras interiores y exteriores que desemboque en el funcionamiento normal del espacio Schengen. Este enfoque debe adoptarse de forma coordinada, teniendo en cuenta la situación fuera de la UE y los riesgos de reintroducción.
  5. Reactivar la actividad económica también de forma gradual, para garantizar la adaptación adecuada y segura al incremento de las actividades. No toda la población tiene que reincorporarse a su puesto de trabajo a la vez, sino que esta reincorporación debería comenzar por los grupos y sectores menos amenazados y los más esenciales para desarrollar la actividad económica (por ejemplo, el transporte), mientras se continúa con el fomento del teletrabajo en el resto de las actividades.
  6. Autorizar gradualmente también las concentraciones de personas. Para definir este proceso, la hoja de ruta recomienda centrarse en las diferentes características de las categorías de actividades, según las posibilidades de medidas de seguridad o limitación del aforo máximo, por ejemplo.
  7. Mantener de forma sostenida los esfuerzos de prevención de las buenas prácticas de higiene y las directrices de distanciamiento social, y de información pormenorizada sobre la situación, para fomentar las medidas individuales y la responsabilidad.
    • El documento recalca que puede ser muy útil el uso en público de mascarillas, incluso las no quirúrgicas, sobre todo en espacios muy concurridos o cerrados, pero solo como medida complementaria de las higiénicas y de distanciamiento. Propone, incluso, fomentar el uso de mascarillas de materiales textiles si no se puede garantizar el abastecimiento de las quirúrgicas.
  8. Supervisar continuamente estas medidas y estar preparados para reinstaurar las más estrictas de confinamiento si resultara necesario.

Conclusión

Los dictámenes científicos, la coordinación y la solidaridad en la UE son los principios clave para suprimir con éxito las medidas de confinamiento.

Es preciso un enfoque calibrado, coordinado y gradual.

Es necesario poner en funcionamiento varias medidas de acompañamiento antes de iniciar esta fase.